Los efectos adversos de las vacunas para el Covid-19 de Pfizer, AstraZeneca y Moderna


PFIZER Y MODERNA: VACUNAS DE ARNm
Este verano vimos como una periodista le preguntaba en televisión al empresario informático Bill Gates acerca de la vacuna para el Covid-19 de la farmacéutica Moderna -de la que el magnate es el principal financiador- y le decía que según los primeros resultados de los ensayos clínicos la vacuna producía efectos adversos severos en el 80% de los vacunados. Lejos de desmentirlo, Gates empezó a balbucear y no supo qué responder. Pues bien, la vacuna desarrollada por la multinacional farmacéutica Pfizer en colaboración con la alemana BioNTech usa la misma tecnología, la de ARN mensajero que consiste en modificar el ADN y ARN humanos con tal de generar el virus dentro del organismo en lugar de inyectarlo y así en teoría generar anticuerpos para luchar contra un SARS-CoV-2 que no ha sido aislado, purificado, secuenciado ni analizado debidamente y todo lo que sabemos de él es por un genoma virtual creado a partir del anterior SARS-CoV

Pero volviendo a la vacuna de Pfizer/BioNTech, los medios se han apresurado ha hacerse eco de la "alta efectividad" que los fabricantes dicen que presenta sin hablar de que usa una tecnología que NUNCA ha sido probada en humanos y cuyos efectos adversos, al modificar el ADN y ARN humanos, serían irreversibles. Entre sus efectos adversos se incluye también la anafilaxia mortal. Lo más llamativo de las vacunas tanto de AstraZeneca como de Pfizer y Moderna es que están orientadas a prevenir la fase leve del Covid.

ASTRAZENECA: LA VACUNA ELEGIDA POR EL GOBIERNO ESPAÑOL
Pero hablemos ahora de la que parece que es la elegida por el Gobierno de España y que augura que con ella se podrá inmunizar a más de 10 millones de españoles a principios del año 2021. Se trata pues de la desarrollada por la farmacéutica AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford. Esta vacuna esta hecha a partir del adenovirus al que se le achaca el resfriado de los chimpancés y que ha sido modificado genéticamente para que tenga proteínas del supuesto SARS-CoV-2. Los efectos de esta vacuna se han testado solo durante los 28 días después de su aplicación, o sea que no se conocen los que se desarrollan a medio y largo plazo. Se probó primero la vacuna en monos, y estos ¡se infectaron! pero aún así pasaron a testarla en humanos. Por todos es conocido que tuvieron que interrumpir sus ensayos clínicos DOS VECES porque la vacuna había causado mielitis transversa en voluntarios. Se trata de una enfermedad muy grave que causa dolor, problemas intestinales y de vejiga, debilidad muscular y parálisis, de hecho dos de cada tres afectados por al enfermedad suelen sufrir alguna discapacidad permanente. Anteriormente, aunque el caso fue menos conocido, ya causó esclerosis múltiple en otro voluntario.

Con todo esto podemos deducir que se trata de una vacuna nada segura, igual que las experimentales de Pfizer y Moderna.. ¿Entonces porque el Gobierno español la ha elegido? Lo desconocemos, pero quizá haya tenido algo que ver que Bill Gates es también financiador de la vacuna de AstraZeneca/Oxford y que son muchos los vínculos que unen al co-fundador de Microsoft con el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez, sin ir más lejos este pertenece al grupo Goalkeepers que Gates creó.

VACUNACIÓN VOLUNTARIA E INFORMADA
Desde los medios de comunicación se nos ha hecho creer que la única manera de acabar con la pandemia de Covid-19 es inocularse una vacuna nada segura que no sabemos cuando vendrá y que hasta entonces mascarillas, confinamientos, toques de queda, destrucción de las relaciones sociales, ruina económica y restricción y casi fin de las libertades y derechos fundamentales de los ciudadanos. Esto es FALSO, aparte de que la vacunación experimental no se justifica ya que el Covid-19 es una enfermedad que tiene una tasa de mortalidad alrededor del 0,6%, exactamente la misma que la gripe común, y síntomas similares (lo que pasa es que las cifras han sido hinchadas con los falsos positivos que dan las pruebas PCR que su propio inventor dijo que no debían utilizarse para diagnosticar enfermedades).

En muchos países han usado tratamientos de reconocida eficacia como en Bolivia, Ecuador y partes de Perú que han utilizado el dióxido de cloro con gran éxito o en África que han utilizado el Covid-Organics hecho a base de la planta artemisia annua. Hay tratamientos que se han demostrado científicamente eficaces y seguros (inocuos) y que su uso podría acabar con la enfermedad.

Lo que pedimos pues es que la vacunación sea voluntaria -para los que elijan libremente esa opción- e informada, que se informe al paciente sobre los efectos adversos del producto que se le va a inocular, y que se aprueben tratamientos para los que no quieran vacunarse, y para los que no quieran nada, nada, pues es decisión de cada uno ya que un no vacunado, si la vacuna protege, nunca podrá dañar a un sí vacunado. Lo mismo ocurre con la mascarilla.

Los gobiernos de Estados Unidos, Brasil y Perú, entre otros, ya han dicho que la vacunación para el SARS-CoV-2 al que se achaca la Covid-19 será voluntaria en sus países.

Miquel Ruiz Ferri

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